CAMPAÑA: TRASTORNOS VISUALES Y RENDIMIENTO ESCOLAR

LOS TRASTORNOS VISUALES INFLUYEN EN EL RENDIMIENTO ESCOLAR

 

Existen muchos niños en edad escolar con problemas visuales

Los problemas visuales en una población dependen de cada sociedad, su herencia, sus cuidados nutricionales, sanitarios y de la exigencia que cada individuo someta a su aparato visual. Pueden ser congénitos o adquiridos. Pueden ser sintomáticos o asintomáticos.

La incidencia de síntomas de problemas visuales depende mucho de la edad. En los adultos puede llegar al 30% sin contar la presbicia, que la padecemos todos. En los niños de edad escolar hasta el siglo pasado puedía oscilar del 2 al 4%; actualmente en zonas rurales sigue siendo igual pero en las grandes ciudades ha aumentado al 20 o 30 %

Los problemas asintomáticos pueden ser tan frecuentes en niños como en los adultos.

Las enfermedades más frecuentes son: miopía, astigmatismo, hipermetropía, ambliopía, exoforias, insuficiencias de convergencia, estrabismo, ojo seco, queratitis, daltonismo y nistagmus.

Cuando estudiamos las vicisitudes del aprendizaje escolar nos encontramos con un fenómeno complejo en el que intervienen tres áreas: la mental, la corporal y la del mundo externo y su historia. Cualquier trastorno de alguna de estas áreas involucra las otras dos.

Los trastornos de origen corporal (lesiones cerebrales, praxias, gnosias, etc) suelen ser bien estudiados por el pediatra antes de la edad escolar, pero los trastornos visuales no. Se hacen manifiestos en esta edad y la comunidad escolar debe estar preparada para detectarlos temprano y saber adecuarse a los cuidados especiales que estos niños pueden requerir, acompañando la tarea del oculista que estimulará las funciones deficientes y ayudará a su maduración.

¿ Como se manifiesta en un niño un problema visual ?

Los niños con exoforias presentan reducida su capacidad de concentración en la lectura y los trabajos escritos y de fijación. Empeoran en la mirada hacia los lados. Mientras leen suelen saltarse letras o palabras, lo hacen lentamente y ayudándose con un dedo para no perder el orden. No les agrada ni muestran interés por la lectura y suelen quejarse de dolor de cabeza y de nauseas al viajar.

Los miopes ven borroso lo escrito en el pizarrón pero de cerca ven bien. Tardan en enfocar  cuando pasan la mirada del cuaderno al pizarrón. Empeoran progresivamente al alejar más. Suelen pararse y caminar hacia delante para leer el pizarrón o lo hacen copiando del cuaderno del compañero.

Los que sufren astigmatismo tardan en enfocar tanto el pizarrón como el cuaderno. Pueden sufrir dolor de cabeza.

Los ambliopes tienen baja capacidad de percibir tanto de lejos como de cerca. Los grandes contrastes de colores los perjudican, ven mejor sobre fondo verde o azul y el gris sobre negro.

A los daltónicos no les llama la atención los colores de la naturaleza  o de las cosas cotidianas. Puede darles lo mismo pintar un árbol o un techo con cualquier color. No perciben sus errores al pintar ni les interesa corregirlos. Para ellos el pasto azul no desentona. No ven las palabras escritas con rojo sobre pizarrones verdes.

Los nistágmicos tienen baja agudeza visual tanto de lejos como de cerca y miran de costado para leer y ver mejor.

¿ De que manera se ayuda a un deficiente visual en clase ?

La mejor manera de ayudarlos es encontrar tempranamente la dificultad y mejorar su situación estimulando su maduración.

El oculista estimulará las funciones deficientes con ejercicios y lentes especiales.

El sistema sensorial madura progresivamente y responde a la estimulación si no es demasiado tarde en niños de los 7 a los 9 años. La exposicion a la temperatura de la luz solar estimula el sistema sensorial y hemos constatado que tanto a jóvenes como adultos los ayuya a la rehabilitación y la prevención de la progresión de las enfermedades visuales. Es importante adquirir el hábito de la lectura al sol a cualquier eded y de hacer actividades lúdicas o comer y descansar al sol. Los efectos negativos de las pantallas son menores en los jóvenes que pasan varias horas por día viajando o trabajando al sol. 

Es fundamental que el educador conozca la enfermedad y cual es la mejor manera de ayudarlo.

Cuidar que los niños con deficiencias visuales se  sienten cerca del pizarrón y estén ubicados de frente, no de costado ni de espalda.

Si tardan más tiempo en enfocar no hay que sobreexigirlos y hay que darles el tiempo que necesiten para ver nítido.

También es conveniente no utilizar tizas rojas sobre pizarrones verdes.

Los que sufren de dolores de cabeza, mareos o nauseas en los viajes no tienen que viajar del lado de la ventanilla ni mirar para afuera, sino que deben viajar sentados adelante o en el fondo y mirando siempre hacia delante.

Si tienen que usar anteojos, comúnmente tienen vergüenza y temor a ser burlados por sus compañeros. Si son tímidos o inseguros, es frecuente que se sientan presionados por sus padres y el oculista y que experimenten cambios en la conducta, bajen el rendimiento en el estudio y abandonen actividades grupales y se aislen.

Un buen método para prevenir estos problemas es explicar a toda la clase que el niño va a comenzar a usar anteojos para curarse una enfermedad…etc, antes de que el niño aparezca por primera vez estrenando sus anteojos en clase e incluso mostrárselos a todos los compañeros antes de que se  los coloque para satisfacer la curiosidad que genera.

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07 ene 2014

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